La cerámica de alúmina es típicamente blanca, pero también puede venir en otros colores, como el rosa, el amarillo y el verde, dependiendo del proceso de fabricación específico y los aditivos utilizados.
En términos generales, un contenido de alúmina más alto en la cerámica de alúmina dará como resultado un producto de mejor calidad. Esto se debe a que la alúmina es el componente principal de la cerámica y proporciona muchas de sus propiedades deseables, como alta dureza, resistencia al desgaste y corrosión, y estabilidad de alta temperatura. Sin embargo, otros factores, como el proceso de fabricación y la pureza de las materias primas utilizadas, también pueden afectar la calidad de la cerámica de alúmina.